lunes, 28 de enero de 2019

Templos del futbol mexicano

ESTADIO OLÍMPICO DE LA CIUDAD DE LOS DEPORTES
(Parte 3 de 4)

El Estadio Azulgrana


El 30 de junio de 1983 la comisión directiva del I.M.S.S. anunció luego de arduas negociaciones la rescisión del contrato de 99 años que unía al Atlante con el Estadio Azteca para volver al viejo estadio de Insurgentes, que a partir de este momento y hasta 1996 fue rebautizado como Estadio Azulgrana. Una semana después del anuncio la comisión revisora de estadios de la F.M.F. otorgaba el aval correspondiente. Luego de una inversión de casi 30 millones de pesos en remodelaciones el escenario quedó listo.

Boleto del juego del retorno del Atlante a la Ciudad de los Deportes

La fecha del retorno fue el domingo 4 de septiembre de 1983 en la jornada inaugural de la temporada 1983-84, empate 1-1 contra Atlético Morelia siendo José Luis Cáceres del equipo canario el anotador del primer gol a los 21 minutos, Rodolfo Montoya cobrando un penal a los 35' pondría cifras finales.

El anuncio de reapertura del ahora llamado "Estadio Azulgrana"

En esa misma temporada se vivió su primer juego de liguilla al recibir el Atlante la vuelta de los cuartos de final ante Cruz Azul quedando eliminados los Potros en tiros penales luego de empatar a tres goles en el marcador global.
Meses antes, el escenario vio campeón al Atlante por segunda ocasión, esta vez del Torneo de Campeones de la CONCACAF correspondiente al año 1983, la noche del 1 de febrero de 1984 venciendo por un categórico 5-0 al SV Robinhood de Surinam con dobletes de Gonzalo Farfán y de Ricardo Castro más otro gol de Eduardo Moses, el conjunto azulgrana obtuvo la primera de sus dos coronas continentales.
La estancia del conjunto azulgrana en la cancha de Insurgentes se prolongó hasta 1989 cuando en una medida por demás arriesgada José Antonio García propietario del equipo argumentando severas pérdidas económicas por las malas entradas se llevó al Atlante a jugar a Querétaro de cara a la temporada 1989-90.
La medida salió bastante cara pues además de que la afición queretana jamás respondió, el equipo fue desmantelado por lo que los malos resultados no se hicieron esperar culminando con el segundo descenso en la historia del Atlante al final del calendario.
Tras el fallido experimento queretano, la directiva llevó de regreso al equipo a la Ciudad de México no sin antes sortear una férrea oposición de buena parte de los clubes de segunda división que se oponían al cambio de sede, finalmente la rama de la segunda división aprobó el regreso del Atlante a la capital.
La vuelta del Atlante al Estadio Azulgrana fue de lo más exitosa, los Potros de Hierro culminaron el certamen en el segundo lugar de la clasificación general con 71 puntos solo dos menos que el superlíder Zacatepec; sin embargo, en camino al ascenso no fue nada fácil, en la liguilla debió compartir grupo con el mismo Zacatepec y con el duro equipo de los Gallos Blancos de la U.A. de Querétaro con quienes terminaron empatados con 13 puntos y solo su mejor diferencia de goleo les dio su pase a la final.
La serie final por el ascenso frente a Pachuca es una de las más recordadas por el dramatismo que se vivió, luego de empatar a dos en la “Bella Airosa” y de empatar sin anotaciones en el Azulgrana, se jugó un tercer y definitivo partido en Puebla que se fue hasta los penales, siendo el portero Félix Fernández el héroe al anotar el decisivo penalti que devolvió al equipo del pueblo al máximo circuito.

La selección nacional vuelve al Azulgrana


La selección nacional (salvo un par de amistosos frente a Canadá y el Salvador en 1986 y 1988 respectivamente) había jugado regularmente en la cancha de la Ciudad de los Deportes hasta 1957, después se mudaron a Ciudad Universitaria y luego al Estadio Azteca; sin embargo, en 1992 debido al conflicto existente entre el grupo que presidía la F.M.F. (dirigida por Francisco Ibarra y Emilio Maurer) y Televisa, la selección estuvo impedida de jugar en el Estadio Azteca. Por esa razón, el seleccionado a cargo de César Luis Menotti hubo de afrontar la primera fase de las eliminatorias rumbo al mundial de 1994 en esta cancha.

México aplastó 11-0 al débil San Vicente

Triunfos por 2-0 frente a Honduras, un recordado 4-0 frente a Costa Rica (con destacada actuación de José Manuel “Chepo” de la Torre quien acabó en la portería luego de la expulsión de Jorge Campos y de Luis García anotador de dos goles) y un histórico 11-0 frente a la débil selección de San Vicente y las Granadinas enfilaron el camino al cuadrangular final, aunque en esa instancia ya en el Estadio Azteca, luego de que la televisión encabezada por Alejandro Burillo retomara el control de la Federación.


José Manuel "Chepo" de la Torre terminó en el arco en el juego contra Costa Rica (4-0)


Meses después –el 2 de julio de 1993 para ser exactos- la selección nacional jugó aquí por última vez, aunque es preciso mencionar que se trató de la Selección “B” a cargo de Ricardo Ferreti que se preparaba para la II Copa Oro de la CONCACAF teniendo como rival al cuadro polaco del LKS Lodz al que vencieron por 2-1 con goles de Guillermo Cantú a los 61' y otro de más de Octavio Mora.

Atlante es campeón pero el Azulgrana se queda sin final


Volviendo al futbol de clubes, el período entre 1991 y 1993 es de gratos recuerdos a la afición azulgrana, luego del retorno a Primera División, el Atlante culminó como superlíder el certamen 1991-92 aunque sufrieron una amarga eliminación –bronca incluida- frente a la máquina de Cruz Azul en la instancia de los cuartos de final.
A la temporada siguiente el Atlante si bien tuvo una campaña de altibajos al final lograron el liderato de su grupo aunque en el décimo lugar de la clasificación general; sin embargo, en la liguilla, el cuadro dirigido por Ricardo Antonio Lavolpe logró dar una exhibición de gran futbol, logrando eliminar en primer lugar al superlíder Necaxa, posteriormente al campeón vigente León y en la final se coronaron campeones (primer título desde 1946-47) al aplastar al Monterrey con un global de 4-0, aunque la cancha del Azulgrana se quedó con las ganas de ver su primera final de liga, esto debido a que para lograr una mayor recaudación por concepto de taquilla, la dirigencia del Atlante aceptó el ofrecimiento de jugar el partido de ida en el Estadio Azteca.

América y Necaxa vuelven a la Ciudad de los Deportes


Debido a que la cancha del Azteca se encontraba en condiciones deplorables entre octubre y diciembre de 1993, América y Necaxa volvieron al estadio de Insurgentes a jugar como locales por vez primera desde 1970.

Se termina la historia del Estadio Azulgrana


Las temporadas 1994-95 y 1995-96 significaron para el Atlante dos amargas pesadillas, pues ni las contrataciones de Hugo Sánchez ni de Jorge Campos redituaron en buenos resultados. Al finalizar la temporada 1995-96 el Atlante se encontraba con severos problemas en la tabla de descenso, por si fuera poco las enormes pérdidas económicas obligaron a José Antonio García a la venta del equipo al Grupo Televisa, quienes eventualmente anunciarían el regreso del Atlante al Estadio Azteca.

El Azulgrana a mediados de los noventa

El último juego de local del Atlante antes de su último regreso en el año 2000, fue la mañana del 31 de marzo de 1996 encuentro correspondiente a la jornada 33 de la temporada 1995-96, partido que por cierto marcó el retiro de las canchas de Manuel Negrete, aunque la despedida fue algo triste pues los Potros fueron zarandeados 3-0 por los Pumas de la Universidad siendo Claudio Suárez a los 57 minutos el autor del último gol del llamado Estadio Azulgrana.
El retorno del Atlante al Azteca coincidió con el fin del contrato de Cruz Azul de 25 años con este inmueble, así que, para el inicio de los torneos cortos (Invierno 96), se dio un enroque, Atlante y Cruz Azul intercambiaron estadio.
En el caso de Cruz Azul además del tema del contrato, sus últimos años en el Azteca no habían sido tan gratos sobre todo en el tema de la publicidad, en donde por ejemplo, se anunciaban marcas distintas a las de la Cooperativa o cuando por ejemplo, en la temporada 1990-91 no hubo transmisiones de sus juegos por la televisión.
La idea original era construir un estadio nuevo, se habló de un escenario ubicado en la Ciudad Deportiva; sin embargo, la oposición vecinal así como de organizaciones ambientalistas echaron abajo el proyecto, pero al quedarse sin inquilino el viejo estadio de Insurgentes encontraron pronto un nuevo hogar al que solo había que retirarle cinco letras a su nombre por un lado y por otro someterlo a una remodelación total para dejarlo como nuevo.
El 10 de agosto de 1996 comenzó la última etapa del Estadio de la Ciudad de los Deportes, pero ese será tema del último capítulo, la historia del Estadio Azul.

sábado, 19 de enero de 2019

Templos del Futbol Mexicano

ESTADIO OLÍMPICO DE LA CIUDAD DE LOS DEPORTES 
(Parte 2 de 4)
Como se mencionó en la entrega anterior, Moisés Cosío –“viejo lobo de mar” para los negocios- no estaba dispuesto a perder dinero, por lo que en septiembre de 1948 adquirió el Parque Asturias para de esta forma obtener el control absoluto de las canchas en la ciudad. 
Poco a poco fue forzando a que la mayoría de los partidos se jugaran en Insurgentes hasta que finalmente en octubre de 1950 ordenó el cierre definitivo del Parque Asturias para obligar en definitiva a los cuatro equipos capitalinos (América, Atlante, Marte y el reaparecido Necaxa) a mudarse al Estadio de Insurgentes, obligándolos además a pagar un elevado costo de arrendamiento.
Atados de manos a los dirigentes no les quedó más remedio que rogarle al presidente Miguel Alemán para que intercediera ante Cosío y se les dieran facilidades, situación que finalmente se dio.


Como ya se comentó, los cuatro equipos que quedaban de la capital efectuaron sus partidos como locales a partir de la temporada 1950-51. El primer equipo en salir fue el Marte que en 1953 anunció su mudanza a Cuernavaca en donde incluso alcanzó el campeonato de liga, aunque con enormes pérdidas económicas que obligaron a su propietario a desmantelarlo a tal forma que para la temporada 1954-55 terminaron descendiendo a la Segunda División, hubo por lo menos dos intentos infructuosos de regresar al Marte a la capital antes de desaparecer en 1956.

Para el inicio de la temporada 1955-56 tanto América como Necaxa llegaron a un acuerdo con la UNAM para jugar como locales en el Estadio de Ciudad Universitaria, aunque el experimento solo duró un año, pues las raquíticas taquillas provocaron el regreso a la Ciudad de los Deportes para la temporada 1956-57.

El Atlante fue el único que siguió utilizando el inmueble de forma ininterrumpida hasta la 1957-58.
En el período entre 1950 y 1959 se jugaron todas las finales de Copa y Campeón de Campeones (excepto en 1957-58), el desempate de la temporada 1955-56 en el que el León ganó su cuarto título de liga venciendo nuevamente al Oro por 4 a 2, el torneo promocional de la temporada 1954-55 y las primeras ediciones del Torneo Jarrito de Oro.
En esta cancha la selección nacional obtuvo su clasificación al mundial de 1954 en Suiza venciendo a las selecciones de Haití y los Estados Unidos.
Jornada memorable fue la del 13 de junio de 1954 en la que se despidió de las canchas el que para muchos ha sido el más grande futbolista mexicano de todos los tiempos, Luis de la Fuente de Hoyos “El Pirata” en un partido en el que el Atlante venció por 3 a 2 al Veracruz.

El "Pirata" Fuente en su despedida

La cancha de Insurgentes continuó siendo la sede principal de las series internacionales hasta 1957 cuando se jugó el primer cuadrangular internacional, torneo que se convirtió al año siguiente en pentagonal y más tarde en hexagonal.
Estos son los equipos que jugaron en esta cancha durante la década del 50: Boca Juniors, San Lorenzo de Almagro, Stuttgart, Independiente, Banfield, Palmeiras, FK Austria, Bangú, Sporting de Gijón, Gremio de Porto Alegre, Vasco da Gama, Dynamo de Yugoslavia, Sao Paulo, Lanús y Peñarol.

El Olímpico de Insurgentes en los años 60


Problemas legales provocan la mudanza a Ciudad Universitaria

El 24 de enero de 1958 el estadio fue clausurado por la Dirección de Obras Públicas del Departamento del Distrito Federal, debido a un largo pleito entre las autoridades y Moisés Cosío por impuestos sustitutos no pagados por la cantidad de $2,822.000.00 por que el inmueble no contaba con espacios de estacionamiento. Por esta razón el primer partido por la Copa México  programado para el domingo 2 de marzo entre Atlante y Cuautla tuvo que posponerse y tanto Necaxa como América tuvieron que mudarse a Ciudad Universitaria para el resto del torneo, inclusive la final de la Copa y el Campeón de Campeones se jugaron en el Pedregal.

Tras varios meses de litigio y dado que no se vislumbraba un acuerdo en el corto plazo, el 15 de julio de 1958, Atlante y Necaxa anunciaron que habían llegado a un acuerdo con el patronato universitario para jugar en Ciudad Universitaria sus partidos como local por la totalidad de la temporada 1958/59, días después el América se sumó al trato.

Sin embargo, la estancia de los clubes capitalinos en el Pedregal fue breve, pues a finales de agosto se suscitó un conflicto entre estudiantes universitarios y transportistas que provocó fuertes disturbios y obligó al cierre de las instalaciones universitarias.

Si bien el conflicto se resolvió pronto, esta situación forzó la reapertura de la Ciudad de los Deportes, inmueble en donde se jugó el resto del torneo incluyendo la Copa México, el Campeón de Campeones y el Jarrito de Oro.
Todo estaba listo para que aquí se jugara el arranque de la liga 1959/60, cuando el 25 de junio de 1959, apenas tres días antes del inicio de la temporada, el estadio fue clausurado nuevamente por la Dirección de Obras Públicas del DDF a cargo de Gilberto Valenzuela reavivándose el conflicto citado líneas arriba.
El cierre del inmueble impidió la realización del encuentro entre América y Celaya de la jornada inaugural, así como el Necaxa vs. Irapuato de la segunda fecha.
Fue entonces que tanto América, Necaxa y Atlante se mudaron definitivamente a la Ciudad Universitaria dejando al Olímpico de Insurgentes casi en el abandono.
El futbol volvió a la Ciudad de los Deportes hasta la temporada 1966-67 cuando los Pumas de la U.N.A.M. se mudaron temporalmente debido a las obras de remodelación de las que fue objeto el Estadio de Ciudad Universitaria por motivo de los Juegos Olímpicos de 1968.
La estancia de los Pumas se extendió por casi 3 años hasta principios de 1969 que pudieron volver a su cancha.

Pumas y América en la Ciudad de los Deportes en 1968 (1)

Durante el torneo extraordinario México 70 y por espacio de casi dos meses -de marzo a mayo de ese año- América, Atlante y Necaxa regresaron a jugar a la Ciudad de los Deportes ya que al Estadio Azteca le daban los últimos retoques para lo que sería la gran fiesta mundialista.

Vista aérea en la década del 70

Los hermanos Valdés, Cristóbal, Manuel, Ramón, Antonio y Germán con su equipo "Loros" en la Ciudad de los Deportes durante un partido entre Actores y Comediantes en los años 70.

En la década de los años 70 el estadio volvió únicamente a albergar partidos de futbol americano llegando a ser sede por primera vez de un juego de la NFL en México.
El 5 de agosto de 1978 los New Orleans Saints vencieron en un juego de pretemporada a las Philadelphia Eagles por 14-7, aunque la experiencia estuvo lejos de ser grata, tremendas fallas por parte de los organizadores provocaron amargas quejas de parte de jugadores, entrenadores y directivos.


La presentación de la NFL en México resulto ser un desastre

Al año siguiente el Instituto Nacional del Deporte arrendó el estadio para que fuera una de las sedes de los Juegos Deportivos Universitarios (Universiada), aquí se llevaron a cabo la mayor parte de los encuentros del torneo de futbol en el que la selección mexicana terminó por conquistar la medalla de oro al superar a la selección de Uruguay por 5-3 el 12 de septiembre de 1979.
Continuará...
(1) Foto cortesía Cruz Azul LA Máquina.

martes, 15 de enero de 2019

Templos del futbol mexicano

Estadio Olímpico de la Ciudad de los Deportes 

(Parte 1 de 4)

Hace algunos meses el Estadio Azul cerró sus puertas el cual se debate entre la vida y la muerte pues en teoría será demolido para dar lugar a un centro comercial, mientras se decide su destino, comparto la historia de este inmueble en cuya cancha se escribieron capítulos imborrables de la historia del fútbol mexicano y de la ciudad en sí.
Diseñado originalmente para la práctica del futbol americano, al poco tiempo terminó por convertirse en el mayor y más importante estadio de futbol en México.
Su construcción en hormigón vino a reemplazar a los viejos parques de madera que se habían construido en la capital los cuales eran susceptibles de ser siniestrados tal como y ocurrió con el Parque Asturias el cual fue reducido a cenizas por un incendio en marzo de 1939, aunque es justo aclarar que no fue el primer estadio de cemento, pues ya antes se había levantado en la Colonia Roma de la capital, el Estadio Nacional que tuvo que ser demolido por fallas estructurales en 1949.
Ubicado en terrenos de lo que fue la ladrillera “Nochebuena” dentro de los límites de lo que fuera el rancho San Carlos, cerca del antiguo pueblo de Mixcoac al sur poniente de la Ciudad de México, fue planeado junto con la Plaza de Toros México como los principales escenarios de lo que sería un inmenso complejo deportivo que incluiría frontón, albercas, boliche, canchas de tenis entre otros, llamado la Ciudad de los Deportes a cargo del empresario yucateco de origen libanés Neguib Simón Jalife.
A lo largo de sus ya más de 70 años de historia ha recibido diversos nombres, en su inauguración fue conocido como Estadio Olímpico de México, posteriormente se le conoció como Estadio Olímpico de la Ciudad de los Deportes u Olímpico de Insurgentes, a finales de los años 70 se le llamó Estadio Olímpico del I.N.D.E (Instituto Nacional del Deporte), al regreso del Atlante a este estadio en 1983 se le llamó Estadio Azulgrana, por último al llegar Cruz Azul en 1996 y hasta nuestros días se le llama Estadio Azul.
Con una capacidad inicial de 46,000 espectadores, con la instalación de butacas su aforo se redujo a 32,904 asientos, se encuentra ubicado entre las calles de Holbein, Maximino Ávila Camacho, Indiana y Carolina, en la colonia Nochebuena, muy cerca de la Avenida de los Insurgentes Sur, a un lado de su eterna vecina, la Plaza de Toros México.
Las obras de construcción tanto del Estadio como de la Plaza comenzaron en 1944 y en ambos casos se aprovecharon las enormes excavaciones que había dejado la ladrillera en las extracciones de arcilla para lograr el desnivel que ambas edificaciones tienen, ambos inmuebles fueron diseñados por el arquitecto Modesto C. Rolland.



La construcción del estadio vista desde la futura Plaza México

Desafortunadamente el ambicioso proyecto del señor Simón naufragó, logrando únicamente construir la Plaza de toros y el estadio a costa de un enorme sacrificio económico y que le obligó a vender incluso los terrenos aledaños para sufragar las obras.
Finalmente el recinto fue inaugurado con el nombre de “Estadio Olímpico de México” la tarde del 6 de octubre de 1946 con un encuentro de futbol americano entre los Pumas de la Universidad y los Aguiluchos del Heroico Colegio Militar que terminó con un contundente marcador de 45-0 a favor de los universitarios.


Así reseñó el "Esto" la inauguración

Semanas después fue escenario del clásico Politécnico vs. Universidad el 14 de diciembre con otro triunfo de los Pumas esta vez por 29-13.
La inauguración vista desde las alturas


Aparece en la escena Moisés Cosío

Caído en desgracia con un pasivo que oscilaba entre los 14 y 20 millones de pesos, pocas semanas después de la inauguración, el 2 de noviembre de 1946, Neguib Simón debió vender tanto la Plaza de Toros como el Estadio al empresario español Moisés Cosío, quien también era el dueño del Frontón México, el monto de la operación de compra venta fue de 35 millones de pesos. 
 
En el anuncio de la venta se hablaba inicialmente de 50 millones de pesos


En el caso del futbol y aprovechando que la FIFA había levantado la prohibición que existía desde 1943 para que equipos extranjeros visitaran nuestro país se decidió alquilar el inmueble para la visita del Racing Club de Avellaneda en lo que fue la reanudación de las tradicionales series internacionales.
Fue así que el domingo 5 de enero de 1947 se abrieron las puertas para el primer partido de futbol, en medio de un lleno impresionante de más de 45,000 personas que atestiguaron el triunfo del campeón vigente Veracruz sobre la Academia blanquiceleste por 2 tantos contra 1, el argentino Waldino Aguirre fue el anotador del primer gol a los 34 minutos, Leopoldo Proal marcaría el empate a los 43 y el mismo Proal anotó el segundo gol a los 59.
Esta es la histórica primera alineación:
Veracruz: Joaquín Urquiaga, (Evaristo Murillo), Antonio León, Manuel Gutiérrez, Julián Durán, Rodrigo Ruiz, Gonzalo Buenhabad, Antonio Lazcano, Leopoldo Proal, Raymundo González, Luis de la Fuente, Jorge Enrico
Racing: Héctor Ricardo, Nicolás Palma, Emilio Calzoni, Juan Fonda, León Strembel, Eduardo Coronel, Hugo Reyes, Miguel Di Pace, (Rodolfo Danza), Rubén Bravo, Waldino "Torito" Aguirre, Cata Sued
Árbitro: Carlos Esteva
Sería la única derrota de Racing en la serie, una vez aclimatados, los sudamericanos solo cedieron un empate frente al Puebla logrando ganar todos sus encuentros incluida a la selección nacional.
Aquí los resultados completos de la gira:
Domingo 12 de enero
Atlas 1 Racing 3
Jueves 16 de enero
Combinado España-Asturas 0 Racing 1
Domingo 19 de enero
Atlante 0 Racing 2
Jueves 23 de enero
Puebla 2 Racing 2
Domingo 26 de enero
Selección Nacional 2 Racing 4
Jueves 30 de enero
*Guadalajara 2 Racing 3
Domingo 2 de febrero
Atlante 1 Racing 3
*En Guadalajara.
El estadio fue ofrecido a los equipos de la Liga Mayor de la capital; sin embargo, salvo un tibio interés del América el resto de los conjuntos se negaron argumentando el alto costo del arrendamiento, pero sobre todo la distancia que impediría –según ellos- que el público acudiera. Para ellos resultaba mucho más cómodo seguir jugando en el Parque Asturias.

Vista aérea de la Ciudad de los Deportes en sus primeros días
Fue hasta el domingo 4 de mayo que el inmueble abrió sus puertas para el primer partido oficial de liga, fue un juego entre el líder Atlante y el aun monarca Veracruz que terminó con goleada a favor del cuadro azulgrana 5-1, siendo Miguel Ángel Segura "Angelillo" el primer anotador del estadio en partido oficial, de hecho fueron tres los goles del jugador atlantista esa tarde.


Atlante, el campeón "aftoso"

El segundo encuentro oficial tuvo lugar poco menos de un mes después, el domingo 1 de junio en medio de un tremendo escándalo.
Faltaban dos fechas para la conclusión del campeonato, Atlante lideraba la tabla con 41 puntos y debía visitar al peligroso León que además venía en el segundo lugar con 38 puntos, se trataba pues de un juego clave para la definición del título.
A sabiendas que una derrota en León podría costarles el título, el general José Manuel Núñez dueño del Atlante movió sus influencias y con el pretexto de una epidemia de fiebre aftosa que afectaba la región del Bajío logró que la Secretaría de Agricultura emitiera un comunicado prohibiendo la concentración de gran cantidad de gente en la ciudad de León, días después, la Liga Mayor también influenciada por Núñez, decretaba que el partido se tenía que celebrar en terreno neutral y la cancha elegida resultó ser la del recién inaugurado Estadio Olímpico, provocando numerosas críticas y protestas.
Con resultado final de empate a cero, el Atlante consiguió el punto que requería para asegurar el campeonato, aunque por la forma en que lo logró fue llamado “campeón aftoso”. Curiosamente fue el único equipo de la capital que el estadio vio consagrarse campeón de liga, ya que si bien, el mismo Atlante en 1993 y Cruz Azul en 1997 ejercían de locales aquí, en ambos casos su coronación se dio en calidad de visitantes. 
Si bien fue un trago amargo para los esmeraldas, al año siguiente tuvieron su revancha, pues en esta cancha obtuvieron su primer título de liga al doblegar al Oro de Guadalajara en dos partidos de desempate, el 27 y 29 de junio de 1948, dado que el primer encuentro terminó empatado a cero fue necesario disputar un segundo partido en el que triunfaron por 2 goles a 0.
En lo referente a los eventos de corte internacional adicional a la ya citada visita del Racing, en ese mismo año 47 nos visitó el Ferencvarosi de Hungría que traía en sus filas a un joven llamado Ferenc Puskas que años después se convertiría en gran figura en el Real Madrid, al año siguiente vinieron los Diablos Rojos del Independiente de Avellaneda y el NV Bratislava de la antigua Checoslovaquia, en 1949 vino el Vasco da Gama de Brasil y el Herediano de Costa Rica y en 1950 River Plate, Botafogo y el Génova.


En lo que se refiere a torneos de selecciones en septiembre de 1949 se jugó el II Campeonato Norteamericano y del Caribe que sirvió de clasificatorio para el mundial de 1950 en Brasil en el que la selección nacional consiguió su clasificación venciendo a las selecciones de los Estados Unidos y Cuba.

En este período comprendido entre 1947 y 1950 -como ya se relató- si bien se llevaron a cabo partidos de todo tipo, ningún cuadro capitalino se decidió a alquilar el estadio de forma permanente, solo se utilizaba para los partidos importantes como los de las series internacionales, de la selección nacional o las finales de la Copa México, el Campeón de Campeones y algunos de la Liga.

Con el fin de no seguir generando pérdidas por los altos costos de mantenimiento, Moisés Cosío urdió un plan para forzar a los equipos capitalinos a utilizar su estadio, en septiembre de 1948 concretó la compra del Parque Asturias amenazando con su cierre.

Esta maniobra puso en jaque a los dirigentes de la Liga Mayor quienes tuvieron que sentarse a negociar con Cosío quien terminaba por imponer sus condiciones aunque; sin embargo, al final terminaba por ceder en algunas cosas ante las amenazas de los federativos de detener el campeonato de futbol.


En este video se pueden apreciar las obras de construcción de la Plaza de Toros México y algunas escenas de la inaguración del Estadio Olímpico.

Continuará...

jueves, 3 de enero de 2019

Antiguos parques del futbol mexicano

PARQUE FELIPE MARTÍNEZ SANDOVAL


Este estadio que fue por más de 30 años el principal escenario para la práctica del futbol en Guadalajara abrió sus puertas el 20 de julio de 1930 con una doble cartelera: Guadalajara 5-2 Imperio y el juego estelar Oro 2-2 Colón. Fue conocido también como Parque Oro o Parque Oblatos. 
El 5 de mayo de 1953 se le llamó oficialmente Parque Felipe Martínez Sandoval en honor al gran directivo del Club Oro fallecido trágicamente en un accidente carretero a inicios de ese año.
Se localizaba entre las calles de Gigantes y calle 34 en el antiguo sector Reforma de la capital tapatía con una capacidad inicial para 10,000 espectadores, al final de sus días llego a albergar hasta 24,000 espectadores aproximadamente.
Si bien la apertura fue en la fecha citada líneas arriba, la "inauguración" oficial se dio el 31 de octubre de 1931 entre un combinado Guadalajara/Nacional y el Germanía FV de la Ciudad de México que terminó empatado a un gol.
El Parque Oro en su máximo esplendor

El estadio fue levantado por el Club Oro y si bien los otros equipos de la ciudad como el Guadalajara y el Atlas contaban con sus propios campos, pronto se convirtió en el principal escenario en donde de jugaban los partidos mas importantes de la extinta liga de occidente.
Aquí efectuó sus partidos de local la legendaria Selección Jalisco que participó en el campeonato de la Liga Mayor del Distrito Federal desde la temporada 1940-41 hasta la 1942-43 cuando se disolvió al declararse el profesionalismo y darse el ingreso de Atlas y Guadalajara al circuito ligamayorista.
Fue sin embargo hasta el arranque de la contienda 1944-45 cuando recibió sus primeros partidos de la era profesional debido a un veto de 6 meses impuesto por la Liga Mayor luego de incidentes ocurridos durante un partido entre la Selección Jalisco y el Atlante en marzo de 1943, fue este uno de los motivos por el que tanto Atlas como Guadalajara jugaron como locales la temporada 1943-44 en el Parque del Paradero del club rojinegro.

En 1944 los dueños del parque solicitan su ingreso a la liga y desde este año y hasta la temporada 1959-60 fue la casa de los 3 equipos tapatíos, siendo testigo de la coronación del Atlas en la liga 1950-51 y de las Chivas en 1956-57, 1958-59 y 1959-60.
El jueves 23 de mayo de 1946 se jugó el primer partido nocturno (Oro 3-2 Atlas) iniciando una tradición de jugar encuentros nocturnos a media semana en la perla de occidente y que se mantendría vigente hasta 1982.
También aquí solían presentarse los equipos extranjeros que venían a jugar las series internacionales, entre los más destacados estuvieron la Selección Vasca, los argentinos Estudiantes de La Plata, San Lorenzo de Almagro, Racing Club, Independiente, River Plate, Boca Juniors, Banfield y Lanús, de Brasil, Botafogo, Palmeiras, Grêmio y Santos FC y los europeos Ferencvaros y Stuttgart entre otros.
La selección nacional jugo tres partidos dos de ellos contra un combinado tapatío a mediados de 1953 y otro mas en marzo de 1957 venciendo 2-0 al Atlas.
Para mediados de los años 50 debido a la creciente afición por el futbol el parque resultaba ya insuficiente e incómodo, adicionalmente los equipos visitantes llegaron a mostrar inconformidad por las deficiencias del alumbrado. En 1956 se constituye la organización Clubes Unidos de Jalisco para construir un nuevo estadio que vaya acorde con las necesidades de capacidad y seguridad, condiciones que el viejo parque ya no podía ofrecer.



Vista aerea del Parque a finales de los años 50

En 1960 con la inauguración del Estadio Jalisco, el parque Martínez Sandoval quedó relegado a segundo plano quedando solo como sede del Club Nacional que por aquel entonces jugaba en el torneo de Segunda División, incluso el club Oro donó el inmueble al equipo verdiblanco.

Con el ascenso del Nacional a la Primera División en 1961 todavía llegó a albergar algunos partidos de la liga 1961-62; sin embargo la Liga de la Primera División Profesional prohibió su utilización por el tema de la seguridad, esto orilló al Nacional a mudarse también al Estadio Jalisco.

Por último, a finales de 1962 los terrenos fueron vendidos y el estadio demolido.
Bajo sus escombros quedaron sepultadas las glorias del futbol jalisciense que no fueron pocas; cuentan las leyendas que de vez en cuando a los que pasan por ahí si se aguza el oído se escuchan los gritos de gol, ese gol que cimbró sus tribunas por mas de 30 años.

Actualmente en ese lugar se encuentra un depósito de fierro llamado "Parque Oro" permaneciendo en una de sus esquinas una placa conmemorativa que da fe de que en ese sitio se desarrollaron innumerables batallas futboleras.
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