martes, 3 de septiembre de 2019

Antiguos Parques del futbol mexicano

El Parque Asturias


El Parque Asturias fue un escenario que estuvo en funcionamiento para la Liga Mayor poco tiempo -apenas 14 años-, sin embargo, la trascendencia que tuvo en la historia del futbol de la Ciudad de México es mucho mayor.
Sin duda el siniestro que dejó al estadio casi destruido en marzo de 1939 y que tuvo consecuencias más allá del ámbito del futbol es el capítulo más conocido y que marcó el principio del fin de los viejos parques de madera para dar lugar a los estadios construidos de cemento.

El Parque Asturias del Chabacano el día de su inauguración.

Antecedentes

El primer Parque Asturias (llamado por un breve lapso de 1931 Campo Alianza) se encontraba ubicado sobre el Paseo de la Reforma y las calles de Río Amazonas, Río Lerma y Río Neva (entre la actual glorieta de La Palma y la Av. de los Insurgentes) fue inaugurado el 14 de abril de 1918 con un juego en el que el Asturias venció por 3-1 al América, como la gran mayoría de los campos de la época, no contaba con tribunas; sin embargo, luego de la separación del España de la liga previo al inicio de la temporada 1919-20, hubo que habilitar el campo del Asturias para que aquí se celebraran los partidos del campeonato, para lo cual fueron construidas tribunas, las cuales fueron estrenadas el domingo 13 de junio de 1920 con un partido entre el Asturias y el Reforma que fue ganado por estos últimos con marcador de 3-2.
Este campo junto con los Parques España de la Reforma -primeramente- y de la Verónica -después de 1926- fueron los principales recintos en los que se practicó el futbol durante los años 20 en la capital del país.


Ubicación y vista actual del lugar en donde se encontraba el primer Parque Asturias 


En las crónicas de esos años es común encontrar notas en las que constantemente se escenificaban zafarranchos, invasiones de público y demás incidentes por el estilo por lo que con el paso de los años se había vuelto ya un campo inseguro, incómodo y obsoleto.

Previo al arranque de la temporada 1927-28, el Parque fue remozado casi en su totalidad, le fueron colocadas vallas de seguridad entre el campo y las tribunas, adicional a que se amplió su aforo. 

Así lo resumió "Excelsior" en su crónica del lunes 10 de octubre de 1927, luego de una doble jornada que incluyó un empate a dos entre Necaxa y Atlante en el juego preliminar y un apurado triunfo del América sobre el Club México (2-1) en juegos de la segunda jornada del campeonato:

Se inauguró el nuevo Parque Asturias 

"En el Parque de Reforma, decimos que fue inaugurado porque aunque se le han colocado al Asturias en primera fila, cómodas tribunas y por primera vez podrán los aficionados presenciar los partidos sin necesidad de estar parados, como acontece en el Club España, porque las filas de gradas tienen la inclinación conveniente, siendo bastante altos y anchos los asientos. 
Las tribunas de sombra van a quedar totalmente cubiertas con un techo de madera para evitar la radiación del calor, como acontece con los techos de lámina y el campo está protegido contra las invasiones de los fanáticos con una resistente cerca de alambre. 
Cuando estén terminadas las graderías que dan al Paseo de la Reforma se calcula que su cupo será de 10 mil". 


Semanas después, específicamente, el 15 de enero de 1928, se estrenó el marcador obsequiado por uno de los socios del Asturias, el cual incluía un "soberbio" reloj con los escudos del Real Club España y del Asturias.

Poco más de un mes después, el domingo 19 de febrero, se verificó en la grama del Asturias, su primer juego de carácter internacional, aunque para desgracia de los locales, el resultado fue un adverso 1-7 frente al Alianza Lima de Perú que estaba de visita en nuestro país.

Como ya se comentó, el campo fue rebautizado con el nombre de Alianza en enero de 1931 por los equipos que se mantenían adheridos a la Federación Mexicana de Football Asociación (Asturias, Atlante, Marte, Germania y el Club México) en medio del cisma que provocó la cancelación de la temporada 1930-31.


En enero de 1932 se restableció el orden, surgió la Liga Mayor del Distrito Federal y se reanudó -aunque con las ausencias  del España y del Club México- el torneo de liga, siendo el campo del Asturias una de las dos sedes del mismo junto con el Parque Necaxa del desaparecido pueblo de La Piedad.

Anuncio de la temporada 1931-32

El Parque Asturias de la Reforma siguió siendo sede de los partidos de campeonato hasta la temporada 1934-35, los últimos juegos oficiales disputados en esta cancha tuvieron lugar el domingo 3 de marzo de 1935 jornada 15 del campeonato con una doble cartelera en la que el América venció 4-1 al Real Club España en el juego preliminar mientras que en un juego lleno de emociones el Atlante superó al Asturias 5-4 en lo que fueron los últimos partidos de la segunda vuelta de la temporada 1934-35 y que entró en pausa pues el Necaxa disfrazado de selección nacional tomó parte en los III Juegos Centroamericanos celebrados en El Salvador en donde conquistaron de forma brillante la medalla de oro y que les valió el mote de "Campeonísimo" por parte del periodista del diario "La Afición", Mario Fernández "Don Facundo".
Una semana después, el 10 de marzo en la disputa por la Copa "El Astillero", el viejo Parque Asturias de la Reforma celebró su último partido de futbol sobre su cancha, esa tarde el Asturias venció por 4-1 al América.
Un par de semanas después con cierta nostalgia, los diarios capitalinos publicaron la noticia del desmantelamiento del Parque ya que los propietarios del terreno ya no quisieron renovar el contrato de arrendamiento, pues deseaban fincar.

La plaza de toros Vista Alegre (C)

El 29 de octubre de 1933 fue inaugurada la Plaza de Toros Vista Alegre -homónima de una de Bilbao- en la esquina de la Avenida del Taller y la Calzada de San Antonio Abad en una zona que por aquel tiempo apenas comenzaba a urbanizarse, esta plaza de toros de efímera existencia –fue cerrada en noviembre de 1937- dio nombre a la localidad en donde se ubicaba. En 1935 se le dio el nombre oficial a la zona como la Colonia Vista Alegre siendo habitada principalmente por miembros de la comunidad española radicada en la capital.
Fue en esta zona en donde el Club Asturias eligió un amplio terreno ubicado en la manzana que hoy ocupan la Calzada del Chabacano y las calles de Gumersindo Esquer, José Antonio Torres y Sotero Castañeda muy cerca de la Calzada de San Antonio Abad. Por esta razón en muchas crónicas periodísticas al estadio también se le llamaba “El Parque de la Colonia Vista Alegre”.


Portada de la revista "AS" con el equipo Asturias posando en su nuevo campo.

Inauguración


El nuevo Parque Asturias fue inaugurado el domingo 1 de marzo de 1936 con un encuentro internacional entre el Club Asturias y el Botafogo de Brasil. Tenía una capacidad de 23,000 aficionados aunque algunos afirman que llegó a albergar a casi 30,000 espectadores de pié.


El Programa oficial de la inauguración (*)

Contaba con una amplia barda que separaba las tribunas del campo lo que lo hacía para su tiempo el estadio más moderno de México.

Aquí la ficha técnica del encuentro:

Fecha: 1 de marzo de 1936

Club Asturias (MEX) 4-2 Botafogo (BRA)
  [Efraín Ruiz 30, 79, Fernando García Frade 67, Francisco Argüelles 86; Carvalho Leite 49, 59]

Alineaciones:

Asturias: Isidoro Sota (Alfonso Riestra 46'), Benjamín Cordera, José Ramón Ballina, Baca, Sergio Alonso, Justo Sansebastián, Tomás Fernández (Fernando García Frade 46'), Francisco Argüelles, Efraín Ruiz, Donato Alonso, José Antonio Hütt.

Botafogo: Aymoré Moreira, Otacilio, Lopes Conçado, Alfonsinho, Zeccone Martim Silveira, Héctor Canale, Russo, Leonidas da Silva, Carvalho Leite, Alvaro, Rodolfo Barteczco.


Otra imagen del programa oficial (*)




El delantero español Efraín Ruiz pasó a la historia como el primer anotador del novel inmueble, aunque nadie repara que en realidad pudo ser otro jugador el primer anotador, pues en el partido preliminar se enfrentaron el Asturias de Puebla contra una selección del Estado de México ganando los primeros 3-2, partido del cual al momento de redactar estas líneas se desconocía el nombre de los anotadores.

La portada de la sección deportiva de "El Universal" destaca la inauguración del estadio.

Posterior al juego de inauguración, los brasileños jugaron 5 partidos más con los siguientes resultados:

Domingo 8 de marzo
Atlante 0-1 Botafogo

Domingo 15 de marzo
América 1-7 Botafogo


Domingo 22 de marzo
Club España 2-4 Botafogo

Domingo 29 de marzo
Necaxa 3-2 Botafogo

Domingo 5 de abril
Club España 1-2 Botafogo

El primer juego oficial tuvo lugar hasta el 3 de mayo, llevando como protagonistas al Atlante y al Necaxa en juego que terminó empatado 4-4.

El Parque vio su primera final oficial el domingo 28 de junio, el Asturias fue superado 1-2 por el Necaxa que de esta forma se adjudicó la Copa México.

Vista aérea del Parque Asturias en una toma entre 1936 y 1937, en la parte inferior destaca la plaza de Toros "Vista Alegre".


La selección nacional se presentó por primera vez en este escenario el 12 de septiembre de 1937, para el primero de una serie de tres encuentros entre los seleccionados de México y los Estados Unidos, el resultado favoreció a los locales por 7-2 con un gol de Horacio Casarín, dos de Manuel Alonso, dos del "Charro" Argüelles y dos autogoles; por el conjunto norteamericano descontaron Alex Rae y John McEwan.

Este sería el único partido de la selección jugado contra otro representativo nacional en la cancha de la Calzada del Chabacano.

Ficha técnica
Fecha: Domingo 12 de septiembre de 1937
Asistencia: 21,000
MÉXICO 7-2 ESTADOS UNIDOS (MT: 1-1)
  [Horacio Casarín 13', Manuel Alonso 64', 73', Luis Francisco Argüelles 76', 79', John Dubienny 84' ag, Henry Murgenson 89' ag; Alexander Rae 10', John McEwan 75']

MEX: Raúl Estrada; Benjamín Alonso, Carlos Laviada; Juan Rosas, Alfredo Sánchez, Justo San Sebastián; Luis García Cortina, Manuel Alonso, Horacio Casarín, Luis Fco. Argüelles, José López Herranz. 
DT: Rafael Garza Gutiérrez "Record".

USA: Raymond Volz; Henry Margerson, Thomas Ferrans; John Currie, Joseph Martinelli, John Dubienny; George Nemchick, Edward Ruddy, James Rae, John McEwan y Samuel McAlees. 
DT: John Coll.

Árbitro: Vicente Rubio (MEX)

El incendio del Parque Asturias

La temporada 1938-39 es recordada porque en ella tomó parte la gran Selección Vasca que venía recorriendo el mundo derrochando su futbol de alto nivel, esta selección que había sido base del seleccionado español en la Copa Mundial de 1934 llegó a México por primera vez en 1937 para sostener varios encuentros amistosos y al año siguiente luego de una fallida gira por Sudamérica volvió a México, gracias a las gestiones realizadas por Baltazar Junco y el apoyo económico de don Ángel Urraza logró que los vascos pudieran tomar parte del campeonato de liga con el nombre de Euzkadi.

Los vascos junto con el campeón defensor Necaxa fueron colocados casi de inmediato como los favoritos para pelear por el título.

Sin embargo, irrumpió en escena el Asturias, el llamado cuadro de "la casona" tuvo un gran inicio ganando sus primeros 4 partidos que lo colocaron en la cima de la tabla general.

Transcurridas trece jornadas el Asturias lideraba la tabla invicto con 13 unidades, seguido Necaxa con 11 y un punto abajo los vascos del Euzkadi en tercer lugar.

Para la jornada 14 se venía el enfrentamiento crucial entre astures y electricistas, los necaxistas estaban obligados a ganar para empatar el liderato.

Originalmente el duelo se programó para el 19 de marzo de 1939; sin embargo, el partido tuvo que ser pospuesto debido a los festejos por el primer aniversario de la expropiación petrolera, por lo que fue reprogramado para el 26 de marzo en la cancha del Parque Asturias.
Si de por sí la expectativa ya era alta, al recorrer la cita esta se volvió mayúscula.

Un imponente lleno se alistó a disfrutar la doble cartelera, en el juego preliminar el América y el España empataron a dos tantos.

Finalmente llegó la hora esperada Necaxa y Asturias se presentaron con sus mejores hombres, en el Necaxa destacaba la figura de Horacio Casarín un joven que había debutado a los 17 años en 1936 y que de inmediato se subió al pedestal de los ídolos de la afición por su carisma y talento.

El partido fue duro, los defensas del Asturias Carlos Laviada, Antonio el ”Negro” León y el tico José Soto tenían la consigna de detener a Casarín a como diera lugar.


El mismo Casarín narra los hechos en el libro “Horacio Casarín, un ídolo y sus tiempos” (a) de Carlos F. Ramírez:

“Nunca he creído que haya habido consigna en lo que me pasó. Es cierto que los asturianos, como dije antes, tenían fama de golpear, pero nunca he creído que un futbolista salga a la cancha a descontar a propósito a otro compañero de trabajo. Al menos, nunca en un futbolista normal. Recuerdo que me colaba por la banda izquierda y Carlos Laviada me atizó un taponazo que me hizo ver estrellas. La pasión en las tribunas comenzó a calentarse, cuando la gente vio que salía de la cancha.

Con un masaje me pusieron en condiciones de regresar. Así era entonces, había que aguantar porque no había sustitutos y lo último que se quería era dejar al equipo en desigualdad numérica.

Sí sentí que había entre los asturianos las ganas de desquitarse de aquel 5-1 del año anterior (1). Me dolía mucho la pierna derecha, pero, ni modo, había que seguir. Hacía el cuarto de hora anoté un gol; poco después, cuando trataba de controlar un balón de aire, el “Negro” León me pegó un patadón en la rodilla derecha, Allí sí que no pude seguir, porque me dolía la pierna enormidades. Se suspendió el juego, la gente en las tribunas gritaba armando un escándalo infernal.

Tardé en recuperarme porque realmente ese fue el golpe decisivo. Pero volví a la cancha, sobre todo porque Efraín Ruiz había anotado, empatando a un gol el partido. Tal vez no debí haber regresado, pero en esos tiempos no había el conocimiento que hoy se tiene por parte de médicos y especialistas de cancha sobre las lesiones.

Así que poco después, en una jugada dura, Soto me pegó otro taponazo y allí sí me acabé totalmente. Ya no resistí más y abandoné la cancha.

Para entonces, Baldomero Arce había puesto arriba al Necaxa 2-1 y Pauler (2) me dijo, “Calmado, chamaco, calmado. Ve a vestidores que vamos ganando”.


Pero en los vestidores me solté llorando. Más todavía porque al rato empataron los asturianos, nuestras esperanzas se esfumaban. La gente estaba frenética en las tribunas y comenzaron las fogatas de protesta. Los tablones de madera del “Parque Asturias” fueron consumidos por el fuego -los insultos volaban por todas partes- y la gente comenzó a abandonar el “Parque Asturias”, mientras el incendio lo devoraba todo”.

Casarín no lo menciona, pero el primero de los dos goles del Asturias fue conseguido por la vía del penalti, el cual hizo enfurecer a la ya enardecida tribuna rojiblanca, el castigo según algunas crónicas imparciales fue justo, pero la permisividad del árbitro Fernando Marcos con el juego brusco fue la chispa que detonó la tragedia, por si fuera poco, faltando sólo ocho minutos para el final, Efraín Ruiz consiguió empatar el juego. 



Aspectos del incendio del Parque Asturias, 26 de marzo de 1939

Las fogatas se salieron de control y en pocos minutos el fuego comenzó a propagarse rápidamente hasta terminar por completo con la tribuna de sol.
Por si fuera poco la acción de los bomberos fue inútil pues las bombas de agua estaban secas y solo pudieron tomar acción para aislar la tribuna de sombra.

La prensa inmediatamente hizo culpable al árbitro Fernando Marcos del siniestro al permitir que Casarín fuera salvajemente cazado por los defensas astures; sin embargo, Marcos -frontal como siempre fue- rechazó categóricamente las acusaciones presentando argumentos que ciertamente no eran del todo descabellados.

En su libro autobiográfico “Mi amante el futbol” (b) Marcos hace señalamientos en el sentido de que el siniestro fue perpetrado por simpatizantes de la república española que por esos días justamente terminó de colapsar ante las tropas del general Francisco Franco del otro lado del "charco".


Aquí reproduzco textual un fragmento de los argumentos de Marcos:

“Ya en los vestidores, y con las naturales alegatas que siguen a todos partidos, alguien vino a decirnos: “¡Se está quemando el Parque!”

Yo, lo confieso, no le di mayor crédito al asunto. Pero al abrir la regadera para ducharme, no salió ni una gota de agua: Alguien había cortado las tuberías. Me vestí, salí y mezclado entre la multitud que me conocía, vimos el lamentable espectáculo.

Un sector de la prensa, siempre sensacionalista, amafiada en ocasiones, desconocedora del oficio con demasiada frecuencia y malévola otras veces, hizo amarillismo y atribuyó a la lesión de Casarín el incendio del Parque Asturias.

No hay nada de esto. Tal siniestro se debió a la riada de republicanos que arribaron a México, después de tres años crueles, y que sentía un rencor muy hondo contra la colonia Española, de filiación predominantemente franquista.


Ningún aficionado lleva tambos de gasolina a un partido de fútbol; ningún aficionado corta con segueta la tubería del agua. Ese incendio implicó un acto de sabotaje político, que se iba a repetir, por cierto, un par de años más tarde, hasta obligar al Club Asturias a vender su estadio”.

Los argumentos de Marcos cobran fuerza, pues solo un par de días después del incendio, el casino español fue atacado por gente que decía ser republicana. Lo que es una realidad es que las autoridades estaban perfectamente enteradas de los asuntos pero permanecieron pasivas pues el gobierno del general Lázaro Cárdenas simpatizaba con la república española  

La tragedia obligó a la suspensión por un par de semanas del campeonato. Para el Necaxa el resultado fue desastroso pues no solo perdieron a su mejor hombre de ataque sino que también sus esperanzas de repetir el título se fueron por la borda.

Semanas después el Asturias se consagraba campeón, dejando a los ya diezmados vascos del Euzkadi en el segundo puesto; el Necaxa, desahuciado terminaría en la cuarta posición. El Asturias por su parte redondearía su gran campaña obteniendo el doblete al ganar la Copa México venciendo en la final al España por 4-1 el 20 de agosto de 1939 en el Parque Necaxa. Todavía no se estilaba porque aun no existía el título de campeón de campeones, pero aun antes del “campeonísimo” León de 1949 hubo dos equipos que obtuvieron la liga y la copa el mismo año, el Necaxa de 1933 y el Asturias de 1939.

A pesar de la tragedia, los dirigentes del Asturias se dieron a la tarea de levantar el estadio de nuevo y tan solo a diez meses del siniestro, el 28 de enero de 1940 el escenario fue abierto nuevamente con un encuentro entre un combinado España-Asturias y el Vélez Sarsfield de Argentina que terminó empatado a tres tantos.


Así lucía el Parque Asturias a unos días de su reapertura en enero de 1940


Con todo y que fue reconstruido y siguió operando varios años más, el incendio del Parque Asturias representó un antes y un después en la historia de los estadios de futbol en México y dejó bien clara la vulnerabilidad de las estructuras a base de madera, fue el principio del fin de los estadios fabricados con este material.

El 28 de enero de 1940 se reinauguró el Parque Asturias


Los años 40



Todavía para 1940 en la capital se jugaba futbol en tres campos, el Parque España de la Calzada de la Verónica (hoy Circuito Interior), el Parque Necaxa del antiguo pueblo de La Piedad y el reconstruido Parque Asturias. Los jornadas constaban de dobles juegos en una sola cancha, la cual se iba alternando semana a semana.



Para la temporada 1940-41 con la entrada a la Liga Mayor del Moctezuma de Orizaba y la Selección Jalisco se modificaron los calendarios, se terminaron las dobles carteleras y se implementaron los juegos a media semana, por lo general jueves por la noche en la capital.


La despedida del Necaxa

El España decidió cerrar su parque pues ya proyectaban la construcción de un gran estadio al norte de la ciudad, por lo que ya solo quedaron dos escenarios para el futbol hasta 1943 cuando por los cambios administrativos que derivaron en la expansión de la liga y la abierta entrada al profesionalismo el Necaxa decidió no participar más llevándose con ello el cierre de su magnifico estadio.

Fue justo en el Parque Asturias en donde se despidió de manera definitiva el Necaxa original, luego de varios intentos infructuosos por no dejar perder el equipo, todo fue en vano. Por lo que se decidió organizar varios partidos de "despedida", el último de ellos fue el 10 de octubre de 1943, una semana antes del inicio de la temporada 1943-44.

Por última vez, los legendarios "11 hermanos" alinearon juntos, ante un abarrotado escenario, empataron 3-3 con el España en un encuentro plagado de emociones, Hilario López, Tomás Lozano y el "Chanclas" Zamudio marcaron por los electricistas, mientas que por el España dos goles de Isidro Lángara y uno del tico Jorge Quesada completaron la cuenta.




Entre 1943 y 1947 todo el futbol de la capital tuvo como única sede la cancha del Parque Asturias.



La Ciudad de los Deportes

En 1944 comenzó la construcción al poniente de la ciudad de un ambicioso complejo deportivo denominado “Ciudad de los Deportes” que tenía como su escenario principal un estadio de cemento con capacidad para mas de 45,000 espectadores.



El impulsor de estas obras era Neguib Simon Jalife, un empresario yucateco de ascendencia libanesa a quien desafortunadamente no le salieron las cosas, invirtió todo su capital pero solo alcanzó a construir los dos principales escenarios que eran el estadio y la plaza de toros, para ello se vio obligado a vender los terrenos aledaños a los inmuebles.



El estadio fue inaugurado con un juego de futbol americano el 6 de octubre de 1946 y para el futbol tuvo su primer partido el 5 de enero de 1947 aprovechando la reanudación de las llamadas “series internacionales” en las que un equipo extranjero visitaba nuestro país para jugar varios partidos contra los mejores conjuntos locales, en este caso la visita correspondió al Racing Club de Avellaneda quien enfrentó al campeón vigente Veracruz quienes ganaron el encuentro 2-1.




El llamado “Estadio Olímpico” fue ofrecido a los equipos de la Liga Mayor con todas las facilidades; sin embargo, ninguno de los equipos mostró interés, pues argumentaban que la afición no acudiría adicional a que los costos de arrendamiento se les hacían altos, solo lo alquilaron para la serie contra Racing y aquellos partidos en los que se esperaba alta convocatoria como el del 4 de mayo de 1947 en la que el Atlante recibió la visita del campeón Veracruz o el juego del 1 de junio que definió el título de la temporada a favor de los mismos atlantistas frente al León, el famoso juego de la “fiebre aftosa”.


En ese mismo 1947 la selección nacional jugó en el Asturias sus últimos partidos, que en realidad no fueron muchos. Los últimos dos fueron contra el campeón Atlante el 29 de junio de 1947 (5-2), partido de preparación del seleccionado a cargo de György Orth que estaba por afrontar el I Campeonato Norteamericano de Naciones organizado por la Confederación Norteamericana de Futbol (NAFC por sus siglas en inglés) a celebrarse en La Habana, Cuba en julio de ese año. 



El último juego de la selección nacional en el “Parque de la Colonia Vista Alegre” tuvo lugar el 16 de septiembre contra una selección de extranjeros de la Liga Mayor que terminó empatado 4-4.




La nota del "Novedades" reseñando el último partido de la selección nacional en Vista Alegre.


Para la temporada 1947-48 en toda la primera vuelta el Olímpico solo lo ocupó el Atlante para un par de juegos, el resto de los equipos capitalinos se resistía a jugar en Insurgentes, solo hasta finales de abril de 1948 el América y el Marte decidieron alquilarlo para algunos partidos; sin embargo, desistieron de sus planes cuando los trabajadores del estadio exhibieron a finales de mayo un pliego petitorio en el que advertían a los equipos que para utilizar el inmueble debían celebrar un contrato colectivo de trabajo con su sindicato. Al final solo terminaron jugándose ahí los dos juegos de desempate por el título entre León y Oro y la final de la Copa y el Campeón de Campeones.

La llegada de Moisés Cosío

Aquí es en donde entra en escena un personaje que sería motivo de notas periodísticas prácticamente en toda la década del 50, Moisés Cosío, hábil empresario español quien abusando de la imperiosa necesidad de Neguib Simon quien estaba agobiado por las deudas, a principios de noviembre de 1946 adquirió los dos inmuebles de la Ciudad de los Deportes, el Estadio Olímpico y la Plaza de Toros México pagando la cantidad de 35 millones de pesos.



Cosío, que no estaba dispuesto a perder dinero, urdió un ingenioso plan, el 20 de septiembre de 1948 cuando apenas se había jugado la jornada inaugural de la temporada 1948-49, adquirió el Parque Asturias, para eventualmente cerrarlo y con ello forzar a la Liga Mayor a alquilar el Estadio Olímpico, con esta acción consiguió de golpe y porrazo tener en un puño a los dirigentes de la Liga. 



Al día siguiente su representante legal se reunió con los dirigentes de la Liga Mayor para poner sobre la mesa las nuevas condiciones para la utilización de los dos estadios, a cada uno de los cinco equipos de la capital Cosío exigió el pago de una garantía de 100 mil pesos, adicionalmente el 15% de los derechos de apartado y por si fuera poco el 15% de la taquilla bruta por partido.

Dado que las condiciones eran inadmisibles, la Liga decidió suspender los partidos de futbol programados para el siguiente fin de semana en la Ciudad de México con el fin de buscar alguna alternativa.

Las opciones propuestas básicamente eran:

1. Habilitar el campo y terminar la barda de los terrenos del Club España ubicados por el rumbo de La Villa en donde planeaban construir su nuevo estadio.

2. Utilizar el Deportivo Venustiano Carranza o los campos del Instituto Politécnico en los rumbos de Zacatenco, al norte de la ciudad.

3. Llegar a un acuerdo con Moisés Cosío.

Esto último fue lo que ocurrió, Cosío accedió a bajar sus pretensiones, finalmente aunque mínimo también corría el riesgo de perder toda oportunidad de negocio si la Liga se decidía por otra opción. El viernes 24 de septiembre se logró el acuerdo, aunque ya no hubo oportunidad de celebrar ningún partido ese fin de semana, el lunes 27 se firmaron los contratos respectivos, quedando como una de las condiciones que se debían utilizar los dos estadios semana a semana.

Aun así, las relaciones entre Cosío y los directivos de la Liga se mantuvieron tensas, pues estos se negaban a utilizar el Olímpico para partidos de baja convocatoria, amagando en varias ocasiones con romper los acuerdos. 

Afortunadamente, como se dice coloquialmente, "la sangre no llegó al río".



Moisés Cosío




El último clásico Asturias España por la Copa México, curiosamente el partido terminó jugándose 4 días después de lo que marca el boleto.(*)


Hoy en día impensable, pero en la navidad de 1947 el América venció al Marte 6-5(*)



Para la siguiente temporada (1949-50), las cosas iban a permanecer igual; sin embargo, los planes de Cosío de cerrar el Asturias seguían en pié, aunque las circunstancias lo obligaban a posponerlos; justo antes de iniciar la campaña, en octubre de 1949, los trabajadores del Estadio de la Ciudad de los Deportes se fueron a huelga exigiendo a Cosío mejores condiciones laborales, por lo que de nueva cuenta el futbol capitalino se desarrolló en el Asturias; la huelga permaneció durante muchas semanas sin visos de arreglo, por lo que, desesperados, los huelguistas optaron por provocar un siniestro en la cancha del Chabacano para presionar en la resolución del conflicto.



El 4 de diciembre de 1949 una hora después de finalizado el encuentro entre el Atlante y el Atlas de la novena fecha y cuando el Parque ya se encontraba completamente desalojado, varios individuos encapuchados arrojaron bombas caseras que provocaron que la tribuna de sol que daba al sur se incendiara y posteriormente colapsara a pesar de los esfuerzos de los bomberos.


Con el estadio con la mitad de sus estructuras destruidas se siguieron jugando partidos del torneo de liga, a principios de enero de 1950 en la víspera de los encuentros internacionales ante River Plate se logró un acuerdo temporal para reabrir el estadio de la Ciudad de los Deportes, aunque una vez finalizada la serie el inmueble volvió a cerrar sus puertas, el resto del torneo regular se jugó en el Chabacano.

Con la desaparición de los clubes hispanos Asturias y España en julio de 1950 se cerró definitivamente el Parque de la Colonia Vista Alegre, el último juego de primera división verificado en su cancha tuvo lugar el jueves 12 de octubre de 1950 partido nocturno en el que el Marte venció 3-1 al América, el último gol de primera festejado aquí lo marco de penalti el americanista José Luis Borbolla a los 40 minutos del primer tiempo.



El anuncio del último partido de primera división en el Parque Asturias (+)

En los siguientes años el estadio siguió su imparable decadencia, adicional al deterioro, la falta de mantenimiento hicieron que el inmueble quedara casi en ruinas, a principios de 1952 estuvo cerca de convertirse en escenario para la práctica del beisbol; sin embargo, las negociaciones entre los representantes de la Liga Mexicana de Beisbol y Moisés Cosío no se concretaron.

El Parque Asturias paso a tener entonces un rol secundario, el de campo de entrenamiento, hacía 1953 los cuatro equipos de la capital lo ocupaban para sus prácticas, también ahí solían entrenar los equipos extranjeros que visitaban México para las tradicionales series internacionales; en junio de 1951, por ejemplo, una multitud de cerca de veinte mil personas se dieron cita en el Parque para observar la práctica del VfB Stuttgart que estaba de visita para sostener algunos encuentros amistosos.


En 1954 los equipos representativos de la UNAM y el Politécnico ingresaron al futbol profesional en la segunda división, al año siguiente, ambos equipos llegaron a disputar encuentros de liga y copa en la cancha del Asturias, pues el estadio de Ciudad Universitaria fue solicitado al patronato universitario para la celebración de los II Juegos Deportivos Panamericanos celebrados en México en marzo de 1955. En total fueron 6 los partidos en los que el Asturias albergó juegos de local tanto del IPN como de Universidad.

Escenas de un clásico Poli - UNAM de futbol en el Parque Asturias en 1955.



Al observar las fotografías parecería increíble que un estadio en condiciones tan deplorables pudiera ser sede de partidos de futbol, pero quizá era tan poca la gente que acudía a estos encuentros que la seguridad no era un asunto a considerar.

Para la temporada 1955-56, mientras el equipo de la UNAM volvió a Ciudad Universitaria, el equipo del Politécnico continuó utilizando la cancha del Asturias para sus juegos de local por la temporada ya citada y la siguiente (1956-57).

El último partido de futbol profesional jugado en la cancha del Asturias tuvo lugar el 24 de febrero de 1957, semifinales de ida de la Copa de Segunda División en la que el equipo del Politécnico venció por 2-0 a La Piedad.

También en el Parque Asturias tuvieron lugar los partidos del Campeonato Nacional Amateur que enfrentaba a representativos de los estados de la república, esto fue en los años de 1956 y 1957. Siendo al parecer estos, los últimos juegos que se celebraron en su grama.



Para 1958 y 1959 el Necaxa utilizaba la cancha del Asturias para sus entrenamientos; sin embargo, al mudarse los electricistas al Estadio de Ciudad Universitaria en forma definitiva en julio de 1959, también dejaron de utilizar el maltrecho escenario del Chabacano para sus prácticas.


Escenas del Necaxa entrenando en el Parque Asturias (o lo que quedaba de el)



Después de esto el inmueble quedó casi en el abandono total, todavía en 1963 en las taquillas del Asturias se podían adquirir boletos para los partidos celebrados en el Estadio de Ciudad Universitaria  (básicamente para que la gente no tuviera que trasladarse hasta el sur de la ciudad).

En sus últimos años en el Parque Asturias se podían adquirir boletos para los juegos en CU 

 
Finalmente en ese mismo 1963(3) los terrenos fueron vendidos para erigirse en ese lugar una tienda de autoservicio de la por entonces naciente cadena Comercial Mexicana misma que subsiste hasta nuestros días, aunque ahora bajo el auspicio de las tiendas Soriana.

De lo que fue el estadio no queda rastro alguno salvo el nombre de la colonia vecina, la colonia Asturias.

Y aquí concluye esta historia entre pasillos de embutidos, frutas, verduras y abarrotes y el sonido incesante de las lectoras de los códigos de barras. 


Así lucía hace algunos años la tienda Comercial Mexicana "Asturias"



Notas:
(1). El juego al que hace mención Casarín tuvo lugar el 3 de julio de 1938, Necaxa goleó al Asturias 5-1 con tres goles de Casarín, última jornada de la temporada, con ese resultado Necaxa obtuvo el campeonato de liga 1937-38.
(2). Ernst Pauler, jugador de origen austriaco apodado "El Botero del Volga" jugaba en la posición de portero, llegó al Necaxa en 1925 y posteriormente se convirtió en entrenador del cuadro electricista, se quedó a radicar en México, falleció en Orizaba en febrero de 1959.
(3). Algunas afirmaciones señalan que la apertura de la tienda Comercial Mexicana se dio hasta 1970; sin embargo, en la historia corporativa de la cadena comercial hace mención que para 1964 ya estaba en funciones la sucursal "Asturias".

Créditos:
(*) Cortesía Diego Contreras (Boletos Futbol)
(+) Cortesía Joel González (Datos Chivas)
Agradecimiento especial para Martín Toscano (martinblue) y al Club Universidad Nacional, por las invaluables aportaciones a esta investigación.
 

Bibliografía:
(a). "Horacio Casarín, un Ídolo y sus Tiempos" , Carlos F. Ramírez, 1994.
(b). "Mi Amante el Futbol", Fernando Marcos, 1980.
(c)."Las Plazas de toros alguna vez fueron populares". "El Universal" "Mochilazo al hombro", artículo en línea publicado el 22 de abril de 2016.
"Actuaciones de la Selección Mexicana de Futbol ,1928-1950", Gabriel Nieto Lara, 1950.
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Hemeroteca Nacional de México, UNAM.